La nevera
La nevera es el electrodoméstico fundamental en la
conservación de los alimentos frescos y cocinados, salvo que podamos tener una
fresquera, lo cual es bastante difícil en las viviendas modernas. Por tanto, lo
primero para conservar los alimentos es tener en las condiciones más óptimas la
nevera. No se puede olvidar que, a pesar del frío, la contaminación entre
alimentos es muy fácil: ¡estan llenos de microlementos como bacterias!
Empecemos por lo obvio: hay que mantener la nevera limpia. Y al menos una vez al mes deberíamos limpiarla a fondo. La limpieza es la primera condición obligatoria para la conservación de los alimentos.
Otras condiciones sencillas pero básicas son:
Separar los alimentos crudos de los cocinados, usando recipientes cerrados y herméticos.
Leer las etiquetas para guardar los alimentos según la recomendación y tener clara la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente.
Mantener en orden la nevera, situando delante los alimentos que hay que consumir primero, para que no se queden olvidados al fondo.
En general, salvo instrucciones del fabricante, la nevera se ordena de arriba abajo del siguiente modo:
·
Alimentos cocinados o listos para el consumo
·
Carnes y pescados crudos
·
Frutas y verduras.
Las frutas y verduras, así como las carnes y el pescado suelen tener un cajón específico ya marcado por el fabricante.
La puerta de la nevera la destinamos a guardar los alimentos que menos frío necesiten, como salsas, mermeladas y las bebidas.
Los alimentos congelados se descongelan en la parte inferior de la nevera, ya que así pierden menos propiedades y la descongelación se hace con mayores medidas de seguridad alimentaria.
Los alimentos cocinados deben ser guardados en la nevera lo antes posible.
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