Salsa tahini
El tahín, tahína o tahini es un pasta de sésamo que se
utiliza en la gastronomía de Oriente Medio en múltiples recetas, aunque lo
conocemos más por ser un ingrediente indispensable en el hummus o el baba
ganoush.
Para hacerla tan solo hemos de triturar semillas de sésamo
crudas o tostadas. Con esto ya obtendremos una pasta porque las
semillas, liberan su parte grasa durante el proceso. Al formarse una pasta densa, lo
normal para usarla con mayor facilidad
es añadirle un poco de líquido, que puede ser agua o aceite de oliva virgen
extra, o cualquier otro aceite vegetal.
Existen dos tipos de tahini: blanco o integral. El tahini blanco se obtiene de triturar sésamo crudo y sin tostar. Tiene un color más amarillento, un sabor suave y delicado, pero es más difícil de digerir.
El
tahini integral es el resultado de triturar semillas de sésamo tostadas,
enteras con cáscara incluido. El resultado es
una pasta de sabor más potente e intenso, con un color marrón y mucho más fácil de digerir. Este es el
tahini más conocido.
La mayor dificultad para hacer tahini en casa en el tamaño
de las semillas de sésamo. Son pequeñas, por lo que las batidoras o los robots
de cocina no sirven. Al ser tan pequeñas escapan a las aspas. Yo utilizo un
molinillo eléctrico de café que tengo exclusivamente para uso de las especies.
Preparación para obtener de 2 a 4 cucharadas de tahini:
2 cucharadas de sésamo tostado
4 cucharadas
de aceite de oliva virgen extra.
Triturar hasta obtener una fina pasta en el molinillo de café las semillas de sésamo. Luego mezclar esta pasta con el aceite.
Uso esta salsa para hacer hummus, y, además de añadirle el aceite de oliva, le añado también, una vez que está triturado el sésamo, el zumo de limón y agua, porque de este modo se integra mucho mejor con la pasta de garbanzos
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