By la karmela fonda - septiembre 11, 2018




Los bollos "preñaos" son un éxito asegurado en la fonda. Cada vez que los preparo, apenas si duran un rato... ¡Los devoran!

Es un pan relleno de chorizo, característico de las zonas del norte de España, en especial de Asturias, Galicia o Cantabria, aunque hay otras regiones donde también se preparan.
Esta es una receta asturiana, bastante fácil de preparar. El secreto, por supuesto, está en elegir un buen chorizo, de sabor fuerte, que pueda impregnar bien el pan. En algunas variantes de la receta, el chorizo se ha hervido en sidra previamente.




Ingredientes:
3 chorizos asturianos (de los que se usan para hervir con sidra)
500 gr. de harina de fuerza
100 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
180 gr. de leche tibia
1 huevo
25 gr. de levadura de panadero
1 cucharadita de sal

Elaboración:
Deshacer la levadura en la leche tibia.

Colocar la harina en forma de volcán y añadir en el centro del mismo la mantequilla fundida, el huevo batido y la leche con la levadura y, a continuación amasar hasta que la masa esté un poco formada, entonces se añade la sal y se sigue amasando hasta que la masa no se pegue en las manos. Se puede añadir más harina si no logramos este resultado, pero en pequeñas cantidades, aunque en general es cuestión de amasar el tiempo suficiente. 
Una vez conseguida la masa en su textura, se deja reposar tapada con un paño de algodón, en un lugar cálido hasta que doble su tamaño (al menos una hora). Yo suelo meterla en el horno, para evitar corrientes de aire o variaciones de temperatura.
Cuando la masa haya subido, se amasa un poco, se extiende sobre la mesa  hasta formar una lámina fina cuadrada y se corta en partes iguales, formando cuadrados pequeños. Saldrán al menos unos 12 cuadrados. 




En el centro de cada cuadrado  se coloca un poco de chorizo pelado, y se forma una bolita, de modo que el chorizo quede en el centro. Basta con levantar cada cuadradito y colocarlos en el centro de la palma de la mano, doblar las esquinas sobre el chorizo, de manera que quede bien cubierto. En este punto es fácil acabar de darles la forma de bolita: los ponemos sobre la mesa de trabajo y ayudándonos con las manos, damos la forma.

Una vez formados los bollos, se vuelve a dejar reposar otra vez hasta que la masa  vuelva a subir. Después, se hornearán a unos 180º grados, durante unos 15 o 20 minutos. Deben quedar dorados. Se sacan del horno y se dejan reposar sobre una rejilla, de modo que enfríen bien y la parte inferior no se humedezca. 
Se pueden comer calentitos o fríos, son ideales para la merienda de los estudiantes en el cole o instituto, en paseos de senderismo, fiestas al aire libre… 




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