Los bollos "preñaos" son un
éxito asegurado en la fonda. Cada vez que los preparo, apenas si duran un
rato... ¡Los devoran!
Es un pan relleno de chorizo,
característico de las zonas del norte de España, en especial de Asturias,
Galicia o Cantabria, aunque hay otras regiones donde también se preparan.
Esta es una receta asturiana,
bastante fácil de preparar. El secreto, por supuesto, está en elegir un buen
chorizo, de sabor fuerte, que pueda impregnar bien el pan. En algunas variantes
de la receta, el chorizo se ha hervido en sidra previamente.
Ingredientes:
3 chorizos asturianos (de los que se usan para
hervir con sidra)
500 gr. de harina de fuerza
100 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
180 gr. de leche tibia
1 huevo
25 gr. de levadura de panadero
1 cucharadita de sal
Elaboración:
Deshacer
la levadura en la leche tibia.
Colocar
la harina en forma de volcán y añadir en el centro del mismo la mantequilla
fundida, el huevo batido y la leche con la levadura y, a continuación amasar
hasta que la masa esté un poco formada, entonces se añade la sal y se sigue
amasando hasta que la masa no se pegue en las manos. Se puede añadir más
harina si no logramos este resultado, pero en pequeñas cantidades, aunque en
general es cuestión de amasar el tiempo suficiente.
Una
vez conseguida la masa en su textura, se deja reposar tapada con un paño de
algodón, en un lugar cálido hasta que doble su tamaño (al menos una hora). Yo
suelo meterla en el horno, para evitar corrientes de aire o variaciones de
temperatura.
Cuando
la masa haya subido, se amasa un poco, se extiende sobre la mesa hasta
formar una lámina fina cuadrada y se corta en partes iguales, formando
cuadrados pequeños. Saldrán al menos unos 12 cuadrados.
En
el centro de cada cuadrado se coloca un poco de chorizo pelado, y se
forma una bolita, de modo que el chorizo quede en el centro. Basta con levantar
cada cuadradito y colocarlos en el centro de la palma de la mano, doblar las esquinas
sobre el chorizo, de manera que quede bien cubierto. En este punto es fácil
acabar de darles la forma de bolita: los ponemos sobre la mesa de trabajo y ayudándonos
con las manos, damos la forma.
Una
vez formados los bollos, se vuelve a dejar reposar otra vez hasta que la
masa vuelva a subir. Después, se hornearán a unos 180º grados, durante
unos 15 o 20 minutos. Deben quedar dorados. Se sacan del horno y se dejan
reposar sobre una rejilla, de modo que enfríen bien y la parte inferior no se
humedezca.
Se
pueden comer calentitos o fríos, son ideales para la merienda de los
estudiantes en el cole o instituto, en paseos de senderismo, fiestas al aire
libre…
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