La Dieta Mediterránea es un estilo de
vida y de alimentarse común en los países de la cuenca del Mediterráneo. Un
modo de vivir al aire libre y
al sol, compartiendo la comida con la familia y amigos. Comer es el eje de la
mayor parte de las celebraciones, un placer y un regalo para los sentidos.
Un estilo de vida equilibrado, bajo
la filosofía nada en exceso, un poco de todo.
Las recetas son muy variadas,
sabrosas y visualmente atractivos, elaborados de modo tradicional y sin prisas. Se elaboran con los productos de temporada y locales, preferentemente. Tradicionalmente, las sobras son reinventadas en otra receta, por lo que es una de las dietas más modernas en su concepto: ecológica, respetuosa con el medio ambiente y evitando el consumismo irrespetuoso. Las comidas se hacen con consumo moderado
de vino y, si se puede, se acompaña de la siesta después de las comidas o de una buena sobremesa de conversación fluida.
Los tres pilares fundamentales de la dieta es el consumo de aceite de oliva, el pan y el vino. El cultivo del olivo y el consumo del pan se remontan en España hasta tiempos prehistóricos. El vino es toda una cultura, en su más amplio sentido: su cultivo, su elaboración, su consumo.
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